Sobre nosotros

Apoyamos a cientos de mujeres en sus oficios manuales integrándolas a ellas y sus comunidades a una red de economía circular. Buscamos fomentar y difundir oficios tradicionales de Chile, no queremos hacer objetos genéricos ni de moda. Preferimos las cosas en serio que en serie, a mano que a máquina, distintas que idénticas, de aquí más que de allá, los talleres a las fábricas. Nos gustan los objetos únicos, hechos a mano y con diseños aplicados a la vida contemporánea. Textiles con lana de alpacas del desierto, cestería con plantas insulares, objetos con rocas de nuestros Andes y maderas de los bosques australes. Promovemos el comercio justo, sostenible, amigable con la tierra, lo hecho a mano y con cariño. Somos Cordillerana, un proyecto de Fundación debuenafe

En nuestras tiendas -en el mundo real y en linea- puedes encontrar todo lo que nuestras artesanas elaboran en un proceso de trabajo conjunto que comenzó en 1999, con capacitaciones y asesorías para crear y elaborar piezas de alta calidad y minuciosas terminaciones, siempre innovando y al mismo tiempo conservando y transmitiendo la esencia de nuestra cultura.

 

Tres principios que nos guían
1.

El primero, es la idea de que la artesanía es y siempre ha sido anónima, sin ser por eso impersonal y sin historia. Para los griegos, lo que hoy llamamos arte y/o artesanía, era parte del techné junto con otras habilidades humanas, como montar a caballo, escribir versos o remendar zapatos. Para los romanos, por su parte, la ejecución de un gran mural de mosaicos en el templo de Neptuno y Anfitrite, era parte de los ars mechanica, al igual que herrar un caballo, cocinar un estofado o cultivar patatas en la huerta. En este campo abierto, la noción de autor era -por decir lo menos- irrelevante, y la división entre un arte superior y la artesanía, una ilusión1.

Fue tardíamente, en el renacimiento italiano, que surge la noción de artista, el culto a su personalidad y la obsesión con la autoría y la firma. Se inventa un Arte con mayúsculas, parte de las artes liberales, junto a la geometría y las matemáticas, todas disciplinas para hombres libres, intelectuales, independizados del trabajo manual. Desde ahí y hasta entrado el siglo XX, es la imagen del artista la que va en ascenso, como un individuo dotado de una visión y un talento fuera de lo común, que produce en soledad obras llenas de inspiración. Por su parte, la imagen del artesano y el hombre de oficios se degrada poco a poco, como si el hacer y ejecutar algo con destreza hubiese perdido vuelo.

Hoy, es justamente la labor del artesanado y su anonimidad la que buscamos rescatar. No hay una negación de la autoría, sino una reubicación de su importancia como parte de un proceso que es compartido y social. Para la práctica de los oficios, en la confección de una chupalla, es tan importante quien siembra el trigo como el que trenza la paja y quien da horma al sombrero. La honestidad, la sencillez y la nobleza de los oficios vienen de su origen colectivo, anclado en la tradición, en un como lo han hecho siempre los antiguos, que no es sino una forma de creación colectiva en donde cada parte, cada generación y cultor aporta al resultado final sin ser dueño de este. El objeto artesanal lleva siempre impresas las manos de quienes lo hicieron, huella que no es firma, ni un nombre, sino un rastro que recuerda la fraternidad de todas las mujeres y hombres que hacen, de todos los tiempos y lugares.

2.

La segunda idea que queremos alumbrar, es que la artesanía es y siempre ha sido utilitaria. Como escribía Octavio Paz2, la belleza de una vasija de barro está unida no sólo a su forma bella sino también al liquido que contiene y a la sed que apaga. Y utilitaria, sí, pero no por eso exenta del placer del ornamento y su contemplación. Utilitaria, no funcionalista, pues la artesanía se complace también y al mismo tiempo en el ornamento, en la insistencia del adorno y la contemplación estética. La artesanía es así generosa, porque es útil y hermosa a la vez.

Si una pieza no es utilitaria, es una pieza de museo y los museos son para las cosas muertas. Y entre esa muerte de las vitrinas y la caducidad veloz que llevan impresos de antemano los objetos que hoy fabrican máquinas, encontramos a la artesanía. Esta lleva en las huellas de quienes la hicieron, el pulso del tiempo más humano. Porque la artesanía envejece como y con nosotros; se gasta lentamente con el transcurso de los años, y un día también muere, para ser reemplazada por otro objeto parecido, pero nunca igual, para el mismo fin, pero nunca de la misma manera.

Es por eso que preferimos a la artesanía viva en el día a día de todos, porque un oficio tradicional que no se abre un espacio en nuestras casas y en nuestras vidas, es un oficio destinado a morir. Es por eso que más que en los museos y los libros lindos, en Cordillerana creemos que el fortalecimiento de la artesanía está en el fortalecimiento de su comercio, justo, sostenible y sostenido para integrarla así en nuestras rutinas más domésticas.

3.

El tercer principio que nos indica el norte, es la moderación. Desde hace más de veinte años trabajamos casi exclusivamente con mujeres, de zonas rurales, y la mayoría de ellas de pueblos originarios. Pero siempre hemos respetado el derecho a su privacidad y a ser valoradas por su trabajo, por lo que hacen sus manos de hacedoras, sin importar ni su género ni de qué lado del Itata nacieron. No abusamos del uso de su imagen como estrategia de comercialización para la satisfacción de un fetiche ancestral, originario o rural creado desde el imaginario urbano. Esas pancartas que hoy están de moda han sido principios que hemos practicado con prudencia y respeto desde 1999, inspiradas por una apreciación cultural más que una apropiación, abriéndonos como un canal de comercialización para cientos de mujeres, integrándolas a ellas y sus comunidades a una red de economía circular.

Aunque con ganas de seguir y ampliar este decálogo, vamos a cerrar para dejarlos navegar por nuestra tienda y asombrarse con los objetos que resultan de esta danza de manos que parecen sumarse en una coreografía secreta de alquimistas que transforman la materia. Piezas y oficios, que son producto de una práctica comunitaria, colectiva, social y heredada; todas nociones a contramano de los tiempos que corren. Pues el arte de hoy y su comercio basado en un culto a la autoría, la imagen y la sacralidad nos parece anacrónico, y en este continente además, un mal resabio de colonialismo europeo y burgués. Por más cacharros útiles y menos obras sagradas, más talleres y menos fábricas.

Larry Shiner, La invención del arte. Una historia cultural, Paidós, Barcelona/Buenos Aires/ México, 2010.
Octavio Paz, “El uso y la contemplación” en Camacol, Vol. 11, Edición 34, marzo de 1998, pp. 120-125.

 

English abstract

We support hundreds of artisan women in their handicrafts, making them and their communities part of a circular economy. We want to encourage and promote Chile’s traditional crafts, we don’t want to mass produce generic or fashionable items. We prefer producing things seriously than producing serial things. Handmade rather than machine made. Different rather than identical. From here rather than from there. Workshops rather than factories. We like unique, handmade objects with designs adapted to contemporary life. Alpaca wool textiles from the highlands, natural basketry from southern islands, objects carved from stones of the Andes and from wood of our native forests. We promote the fair and sustainable trade, in harmony with our planet, of products made by hand and with care. We are Cordillerana, a project by Fundación debuenafe

In our stores - in the real world and online - you can find all the crafts that our artisans elaborate in a joined effort that started in 1999, with workshops of training and advice, to create and elaborate high quality pieces of fine details, always innovating and at the same time time preserving and transmitting the essence of our culture.