Un viaje al corazón de la artesanía en Chiloé

Un viaje al corazón de la artesanía en Chiloé

En diciembre, Cordillerana emprendió un viaje muy especial hacia Chiloé, un lugar donde las tradiciones artesanales se mantienen vivas en cada rincón. Durante tres días, recorrimos esta mágica isla, visitando a nuestras queridas artesanas, sus talleres, aprendiendo de sus historias y maravillándonos con su dedicación al oficio.

El inicio del viaje

Llegamos un jueves de madrugada, tras aterrizar en Puerto Montt y cruzar el canal de Chacao en transbordador desde Pargua. Nuestro alojamiento estaba en Ancud, una ciudad que sería nuestra base para este recorrido.
Ese primer día fue el más pesado en cuanto a horas en carretera. Viajamos hasta Chonchi, donde nos esperaba Ismenia, una talentosa artesana que trabaja la cestería en manila y junquillo. La lluvia típica de Chiloé nos acompañó mientras conversábamos con ella junto a una acogedora cocina a leña. Ismenia nos mostró con orgullo sus nuevos trabajos y nos enseñó cómo se debe mantener la fibra para que no se estropee. 

Luego visitamos a Karina en Chacao. Nos mostró su nuevo taller, un acogedor espacio para trabajar construido junto a su casa. También nos mostró su huerto, donde cultiva desde papas chilotas hasta lechugas, en un entorno lleno de vida y color.

Un encuentro inspirador en Ancud

El viernes nos quedamos en Ancud para asistir al cierre de las Residencias Creativas organizadas por Fundación el Toldo, Factoría de Oficios y el Museo Regional de Ancud. Allí, 14 artesanas locales compartieron los aprendizajes y logros obtenidos en estos meses de residencia. También se hizo una actividad en la que cada una realizó un collage en el que plasmaron su vida, trabajo, quienes son o quienes quisieran ser como mujeres, madres y artesanas Chilotas. Se culminó con la entrega de un merecido diploma a cada una de las participantes y un rico cóctel para compartir. 

Ese día también conocimos a Isabel, Valeria y Lucy, tres artesanas con estilos y trayectorias únicas. Isabel nos sorprendió con individuales y paneras de manila que hace junto a su hija. También nos mostró el bello tono café de la lana al ser teñida con la planta de manila. 

Valeria es una artesana autodidacta que empezó tejiendo en los tiempos de ocio en la tienda de música de su marido. Nos sorprendió con su trabajo tan prolijo y formas orgánicas y novedosas. Incluso nos mostró cómo mezcla las fibras vegetales con madera reciclada de tejuelas chilotas.

Nuestra siguiente parada fue la casa de Lucy, una auténtica mujer huilliche, muy orgullosa de sus raíces. Sus manos llenas de experiencia han trabajado fibras como la quilineja, voqui, junquillo y manila. Fuimos a su sala de ventas donde tiene una gran colección de productos, desde pantallas, colgantes de peces, canastos y mucho más. ¡Fue muy difícil no traerlo todo! solo el hecho del espacio limitado en la maleta nos mantenía con los pies en la tierra. 

Cerramos el día visitando a María y su esposo, quienes hacen diversos productos de manila que venden en diversas tiendas tanto de Chiloé como del continente. Ambos con un excelente sentido del humor y un pequeño taller en el interior de su casa, tejen juntos para pasar las tardes.

El cierre perfecto en Chacao y Caulín

El sábado fue nuestro último día y nos dedicamos a recorrer la feria municipal de Ancud y la feria de Chacao. Luego nos fuimos rumbo a Caulín, donde pasamos a comer unas ricas ostras y después pasamos a ver a Georgina, una artesana que se dedica a hacer lindos animales tejidos con lana de oveja. Además de su artesanía, Georgina vende plantas, y nos mostró jardines e invernaderos llenos de color con una variedad gigantesca de hortalizas, flores, plantas, etc. Estuvimos conversando en su acogedora tienda llena de gallinas Carolina, uno de sus productos estrella. Y descubrimos que la casa de otra artesana que trabaja con nosotros estaba muy cerca, así que pasamos a verla antes de dejar la isla. 

Eufemia nos recibió feliz. Entrando a su casa, lo primero que uno nota es la gran cantidad de artículos creados por ella. Alfombras, teteras, canastos, individuales y mucho más. Nos mostró sus animales y una mata de Manila de la que saca algunas varas cuando no le queda, ya que nos cuenta que por lo general sale a buscar a otros lados. 

100% Renovadas
Este viaje nos llenó el corazón de gratitud y aprendizaje. Conocimos mujeres increíbles que no solo crean piezas únicas, sino que también mantienen vivas las tradiciones de su tierra. Nos llevamos nuevos productos que ya están o que pronto estarán en la tienda, pero lo más valioso fue la conexión con cada una de ellas, las nuevas ideas y la inspiración para seguir apoyando el trabajo artesanal.

Volvimos con el compromiso renovado de seguir difundiendo estas historias, porque cada pieza hecha a mano lleva consigo el alma y la historia de quienes la crearon.

 

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