El año 2009 decidimos iniciar un viaje simbólico guiados por la Cordillera de los Andes, la espina dorsal de gran parte de este continente, para mostrar Chile a través de sus oficios. Hoy, 12 años después, queremos alargar nuestro viaje y recorrer la épica Ruta Panamericana. Andar con calma sus 18.000 km de largo, en un viaje enorme, para mostrar una selección pequeña, de piezas y oficios maravillosos. Creemos que es hora de invitar a más amigos, de sumar a más países y de mostrar que no somos una isla sino un enorme continente de hacedores manuales, artesanas, artesanos, cultores y salvaguardas de oficios centenarios, profundamente arraigados en nuestra geografía y cultura. Una expresión primigenia, cuyos materiales provienen de la tierra, sus imaginarios de la flora, la fauna, las creencias mitológicas y religiosas, sus usos provienen de las fiestas y de la necesidad que se hizo costumbre, todo moldeado por manos de hombres y mujeres que hacen.
Y es que latinoamérica comparte una misma historia. Una diversidad de pueblos originarios riquísima, una tumultuosa historia colonial que trajo la hibridez, el sincretismo, la mezcla cultural y un bello idioma en común. Pero lo más transversal que une a este continente imaginario, es su rica diversidad de oficios tradicionales que subsiste en su accidentada geografía de tierra joven, de volcanes, faldeos de montaña, valles, sierras, punas y costas.
Desde selvas espesas y húmedas repletas de aves coloridas, atravesando salares y pastizales salpicados de manadas de elegantes camélidos, cajones cordilleranos cubiertos de llaretas, costas ventosas de juncos curvos, aguas turquesas de ríos gélidos y paraísos tropicales, pampas que queman y ventisqueros que duelen. Saltaremos de sur a norte y de este a oeste para descubrirnos nuevamente y mostrar un pedazo de cada América antigua que permanece viva en las manos de quienes la habitan.