El solsticio de invierno es el momento del año en que la inclinación de la tierra lleva a un hemisferio a su punto más lejano con respecto al Sol. En el hemisferio sur este evento tiene lugar entre el 20 y el 23 de junio y para gran parte de nosotros, marca el inicio del invierno, de las lluvias y las bajas temperaturas.
Pero para los nueve pueblos originarios de Chile (aimaras, quechuas, atacameños, collas, diaguitas, rapanuís, kawésqar, yaganes y mapuches) este momento tiene una interpretación diferente relacionada a la renovación de un ciclo en la naturaleza explica el doctor en Geografía Humana, Hugo Romero-Toledo, profesor del Departamento de Antropología de la Universidad Católica de Temuco.
El comienzo del invierno es más bien el acercamiento a la primavera, el comienzo de la renovación, de la germinación de las plantas, de los días paulatina y lentamente más largos, en donde los bosques cambian y los ríos se transforman.
El año nuevo o fiesta del Sol tiene su nombre originario para cada cultura; Machaq Mara o Willkakuti (aimara), Inti Raymi (quechua), Likan Antai (kunza), Huata Mosoj (colla), Aringa Ora o Koro (rapanui) y We Tripantu (mapudungun). La misma festividad tomó el nombre de Noche de San Juan después de la conquista y el mismo evento es celebrado de una u otra manera en todo el mundo y en todas las cosmogonías.
En Cordillerana promovemos la artesanías, las técnicas y los objetos tradicionales de Chile, muchos de ellos heredados de los pueblos originarios y su vinculación con la naturaleza. Te invitamos a celebrar esta época como quieras, haciendo hogueras, con ofrendas a la naturaleza, chocolate caliente o poniendo papas bajo tu cama.