Dia del niño: regalemos memorias

Dia del niño: regalemos memorias

Cuando se acerca el Día del Niño, las vitrinas se llenan de juguetes de moda que prometen diversión instantánea… pero que muchas veces duran lo mismo que el envoltorio en el que vienen. Como adultos, es fácil caer en la tentación de regalar por cantidad, por precio, o por moda. Pero si miramos hacia atrás y recordamos nuestra propia infancia, quizás notemos una diferencia importante.

Muchos de los adultos de hoy crecimos jugando con trompos de madera, pelotas de trapo, muñecos tejidos a mano o juegos hechos por nuestros propios papás. Eran simples, sí, pero también eran duraderos, únicos, y muchas veces compartidos entre hermanos, primos o incluso generaciones.

Esos juguetes no solo eran objetos: eran excusas para la imaginación, la creatividad y el juego libre. No necesitaban baterías, ni hablaban, ni brillaban con luces. Eran silenciosos, pero llenaban las tardes de historias inventadas, de movimiento, de conexión.

Hoy, ese jugar no ha muerto. Solo necesita permitirse ser. 

En este Día del Niño, te invitamos a volver a mirar el juego con otros ojos. A pensar en qué tipo de experiencias quieres regalar. Un juguete hecho a mano, de madera o de lana, no solo es más amable con el planeta, también suele ser más amable con la infancia: estimula la imaginación, favorece la motricidad, y enseña el valor del cuidado.

Además, son objetos con intención. Hechos por artesanos y artesanas que ponen el corazón en cada creación. Que trabajan con materiales nobles y saberes que han pasado de generación en generación. Regalar uno de estos juguetes es también enseñar respeto, tradición y afecto.

Y lo más importante: no se trata de tener muchos juguetes, sino de tener algunos que de verdad acompañen.

Este Día del Niño, regalemos más memorias. Volvamos al juego simple, pero profundo. Al juego que no caduca. Al juego que dura toda la vida.

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